Dicen que no hay que hacer leña del árbol caído y muchos dirán que ya casi todo el mundo ha hablado sobre la crisis de Domino's Pizza en el Perú, pero hay un aspecto que varios han pasado por alto, lo que se oculta detrás del mea culpa de la gerente general de la franquicia en el Perú Bárbara Boloña, durante la crisis de la cucaracha: "No somos comunicadores, somos pizzeros".
La frase, como bien dice Milton Vela en su columna en el diario Gestión, le hizo tanto daño a la empresa, como las imágenes del insecto en la pizza y es una frase suicida.
Pero además de eso, la frase pretende culpar de todo el hecho a la comunicación, como si toda la crisis hubiera sido originada por el horroroso comunicado que ellos lanzaron luego de la queja del cliente, lo cual equivale a decir: "todo está bien en la empresa, solo que no hablamos bonito".
Pero esto es faltar a la verdad en todos los sentidos. La señora Boloña no solo no es comunicadora, sino que en realidad no es administradora, no es gerente, no es nada.
Porque todo lo que ha venido haciendo la empresa en el día-día de lo cual nos hemos enterado luego de ver los videos grabados por sus trabajadores, nos muestran que la empresa venía siendo manejada pésimamente.
La cucaracha no ha sido un hecho fortuito, ha sido el resultado de una serie de errores que tarde o temprano saldrían a la luz: pésimas condiciones de higiene, maltrato a los trabajadores, incumplimiento de la legislación laboral, incumplimiento con los clientes, intento de amedrentar a los clientes o sobornarlos, en fin, todas políticas erradas que tarde o temprano iban a explotar,
Desde hace un buen tiempo se venían escuchando rumores sobre Domino's, es más la cadena en algún momento una de las más grandes del Perú, se había venido reduciendo misteriosamente (cerraron todos sus locales en provincia) y se habían quedado solo con Lima.
No es de extrañar entonces, la reacción de la matriz norteamericana (aunque algo tardía), ellos ya tuvieron su crisis en el 2009, cuando dos empleados hicieron asquerosidades con la comida y la subieron a You Tube. (http://popup.utero.pe/2015/02/04/el-efecto-domino/), ellos saben el daño que un error de estos ocasiona a la imagen y reputación de la organización.
En esa ocasión el propio CEO de la empresa Patrick Doyle tuvo que salir a dar la cara, pedir disculpas y comprometerse a tomar medidas correctivas, lo que se hizo enseguida. Algo muy distinto a lo que ha venido haciendo la señora Boloña.
El final esperado de todo esto, sería que la matriz norteamericana rompa relaciones con sus franquiciadores peruanos y se busque otras personas que trabajen mejor. Sino todo esto no habría servido de nada y tarde o temprano esos insectos volverán a aparecer.
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