lunes, 19 de enero de 2015

Borrando Huellas

Dicen que en el antiguo Egipto los nuevos faraones lo primero que hacían al asumir el poder era destruir las obras más importantes de su antecesor para que nadie se acuerde de él. Esta mezquina práctica está todavía hoy presente lamentablemente en muchos gobiernos, desde pequeños municipios locales, pasando por provincias o regiones, hasta en gobiernos enteros de países.
Eso sí, como sería demasiado escandaloso destruir por ejemplo un hospital, un estadio o una carretera, lo que se hace ahora es tratar de borrar de otra forma las huellas del antecesor, huellas más sutiles, pero igual de efectivas, como los signos de Identidad Visual.
En mi país el Perú, hemos venido siendo testigos de esto desde el siglo pasado. Quién no recuerda por ejemplo,  en tiempos de Fujimori, el cambio de color corporativo del naranja al celeste, de la Identidad Visual Corporativa del naranja al celeste, acompañado también del cambio de nombre del antiguo Ipss a Essalud, solo porque el naranja recordaba mucho la labor del hoy alcalde de Lima Luis Castañeda Lossio cuando estuvo a cargo de esa institución.
Quien no recuerda también los constantes cambios del nombre de la cadena nacional de televisión, de Televisión Nacional del Perú, a TVPerú, solo porque al gobernante de turno Alan García del Apra, le gustaba más este último.
En los gobiernos municipales si los alcaldes podrían cambiarle el nombre a la ciudad, lo harían pero lo que sí han hecho en algún momento como en el caso de Piura, es cambiarle de nombre a la municpalidad, conocida como Municipalidad Provincial de Piura a Gobierno Local de Piura, en el segundo gobierno del fallecido al alcalde aprista José Aguilar.
En los gobiernos regionales, los cambios tampoco se han hecho esperar. Con apenas poco más de una década, los presidentes regionales se aprovechan de la poca memoria y la todavía incipiente identidad regional de muchos pobladores para cambiar los escudos de las regiones con una facilidad pasmosa.
En Lambayeque por ejemplo el escudo con motivos del Sr. de Sipán que usó su primer presidente regional  Yehude Simon, ha sido cambiado totalmente por su sucesor por un escudo que se aleja completamente del original, pues más parece un escudo de armas español, que precolombino.
Y así en muchas regiones un escudo que debería ser una señal imborrable de la región, fruto del consenso, con el que todos se sientan identificados se convierte solo en un logotipo más del gobernante de turno, lo peor es que nadie protesta.
Parque de la Reserva - Circuito Mágico del Agua

Pero el caso más grotesco se ha dado recientemente con la asunción del alcalde de Lima, el mencionado Luis Castañeda quien en su afán por marcar distancia con su antecesora, la impopular Susana Villarán, reemplazó el logo anterior del circuito mágico del agua, por este que vemos arriba que parece hecho con plumones o un niño aprendiendo a usar su photopaint. El logo ha sido producto de burlas y varios memes en redes sociales, pero el burgomaestre, fiel a su estilo ha hecho oídos sordos.
Es tiempo que los gobernantes empiecen a diferenciar que una cosa es generar señas de identidad propias o de su partido, y otras las señales de identidad de una provincia, región o país. Deberían respetar propiedades que son de los ciudadanos y que ellos en algunos casos solo están administrando.
Y nosotros como ciudadanos debemos ser conscientes del abuso que se comete con propiedades que son de todos los peruanos. Debemos alzar la voz y exigir que nadie se atreva a tocar lo que es nuestro, la burla en los memes no es suficiente,


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