viernes, 22 de noviembre de 2019

Heridas autoinflingidas

Estos últimos días nos han sorprendido las revelaciones de varios empresarios peruanos sobre financiamientos encubiertos a algunos políticos candidatos a la presidencia, que algunos sospechaban ya desde hace tiempo, pero que reveladas así han generado un sinfín de reacciones, comentarios y los famosos memes, que de hecho han terminado minando la imagen y la reputación de estas empresas.
Justo en nuestro anterior post comentábamos de los peligros de no saber interpretar la realidad, al momento de tomar decisiones, y justamente, los resultados que estamos viendo ahora son justamente fruto de estas decisiones desinformadas.
Pero en fin, estos hechos ocurrieron hace unos años ya, y no se pueden revertir, pero sí sorprende sobremanera las medidas que han puesto en práctica (los que han tomado alguna medida), para tratar de explicar o justificar estas acciones, las cuales van en contra de lo que aconseja cualquier manual básico de comunicación de crisis.
Ellos mismos se han infligido las heridas que hoy amenazan su reputación y sobre ello no tienen ninguna justificación porque disponen de los mejores recursos y han tenido acceso a la mejor educación que un ciudadano peruano puede aspirar.
Resultado de imagen para maletines de dinero
Lo único positivo a destacar ha sido la rapidez con la que se publicó la carta de uno de estos empresarios, pero el problema estaba en que el documento iba dirigido solo a uno de sus públicos (el interno) y que además no reconocía ningún error, no había ninguna autocrítica y por lo tanto tampoco ninguna medida correctiva.
Dada la posición de estas empresas (las más grandes del país), y la creencia de que el peruano promedio olvida pronto, es posible que se crea que estas noticias serán historia rápidamente, pero esa es una lectura errónea.
Ahora los ciudadanos cuentan con medios que almacenan información, a los que se puede acceder en cualquier momento, y además hay miles de personas indignadas que antes no tenían cómo manifestar su disconformidad y desacuerdo, pero que ahora cuentan con redes sociales en las que pueden expresarse a cada momento y harán que estos hechos no se pierdan de la memoria colectiva tan fácilmente.
Sería bueno que tomen en cuentas estas diferencias con el pasado, hagan un buen diagnóstico de la situación y tratan de reparar el daño a su reputación, antes de que les causen problemas más serios que ya no haya cómo arreglar.

3 comentarios:

  1. Sería interesante replantear el sentido de la responsabilidad social de toda institución privada y empresarial en especial. Esta responsabilidad no se limita a auspiciar actividades culturales, deportivas o benéficas. Comienza incluso en la primera de todas las obligaciones sociales, la ética de los procedimientos y los fines en el crecimiento de una entidad que tiene en la comunidad su entorno, su horizonte y el fundamento de su existencia

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    1. En realidad, soy testigo por lo que he leído que las teorías de Responsabilidad Social están bien planteadas hasta el momento. El problema está cómo la entienden gran parte de las empresas: como mero instrumento de imagen, se quedan solo en lo accesorio e interesadamente se olvidan del fondo.

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  2. Por lo demás, las prácticas sucias, interesadas y ocultas son contraproducentes, pues fomentan el envilecimiento de la sociedad y la distorsión de su vida política. Dañar directa o indirectamente a un país, que es el primer mercado de una empresa, es afectar a largo plazo la sostenibilidad de esta institución en medio de una colectividad inviable.

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